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sƔbado. 14.06.2025
HISTORIA | EDUARDO MONTAGUT

Bismarck contra los socialistas

El ascenso del socialismo en Alemania fue una de las mayores preocupaciones de Bismarck en polĆ­tica interior.

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Foto: Openlettersmonthly

Bismarck entendió que el combate contra la socialdemocracia no podía basarse exclusivamente en la pura represión policial

A partir de los años setenta del siglo XIX, la aceleración industrial de Alemania provocó un aumento considerable de la clase obrera. Estos hechos provocaron, como es sabido, un potente sindicalismo y, sobre todo, la creación de la organización socialista mÔs importante de Europa, el SPD. Las actuaciones gubernamentales contra el movimiento obrero no pudieron frenar su auge. Tampoco pudieron los sindicatos amarillos, creados por la patronal.

El ascenso del socialismo en Alemania fue una de las mayores preocupaciones de Bismarck en política interior, junto con el conflicto con los católicos. El canciller consideraba a los socialistas como los enemigos de la sociedad y del Estado. Para combatirlos aprobó la Ley de Excepción en 1878, que estuvo en vigor hasta 1890. Esta disposición prohibía la existencia de los partidos obreros y ponía muchas trabas para la existencia de sindicatos. AdemÔs, otorgaba autorización a las autoridades para prohibir cualquier actividad pública del movimiento obrero y para perseguir a sus organizadores y a los militantes. El resultado de esta política no fue el deseado porque no impidió que el socialismo alemÔn siguiera creciendo en el último cuarto de siglo. Otra cuestión muy distinta, y que tiene que ver mÔs con las contradicciones internas, es el fracaso del socialismo a la hora de transformar políticamente el sistema alemÔn, con unas estructuras que, por su lado tenían elementos que podían favorecer la participación pero, por otro, eran muy rígidas y autoritarias.

Bismarck entendió que el combate contra la socialdemocracia no podĆ­a basarse exclusivamente en la pura represión policial. Si se querĆ­a vencer al potente movimiento obrero habĆ­a que adoptar algĆŗn tipo de polĆ­tica social, a travĆ©s de la intervención del Estado en materias donde antes no habĆ­a participado. Bismarck promocionó tres grandes reformas legales: la creación del seguro de enfermedad en el aƱo 1883, del seguro de accidentes al aƱo siguiente y, por fin, el de vejez en 1889. En este sentido fue un pionero en Europa occidental. Estos seguros se financiaban con la aportación económica de los obreros, la patronal y el Estado. Estas novedades le causaron algunos problemas polĆ­ticos al canciller de hierro entre los sectores mĆ”s conservadores del Reich, que le acusaron de haber creado una especie de ā€œsocialismo de Estadoā€. Pero estas medidas sociales no fueron acompaƱadas de cambios que mejorasen las durĆ­simas condiciones laborales alemanas, con jornadas interminables. Bismarck nunca tuvo ningĆŗn interĆ©s en enfrentarse a los empresarios y tampoco accedió a la petición del descanso dominical. Al final, los obreros no se dejaron convencer por la polĆ­tica social emprendida desde el gobierno imperial y recrudecieron la lucha, como lo prueba el auge de las huelgas, destacando las desarrolladas en el aƱo 1889. La huelga de los mineros del Ruhr fue seguida masivamente y duramente reprimida.

Bismarck contra los socialistas