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domingo. 15.06.2025
¿QUÉ ERES, ESPAÑA?

5.2  Tu Edad Antigua

Estamos en la segunda mitad del I milenio a. C., y llegan los romanos.

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Producida la sedentarizaciĂłn y tras la apariciĂłn de las ciudades (como por ejemplo, o casi como Ășnico caso, quizĂĄs, la fenicia Gadir, fundada en el siglo VIII a. C. por colonos provenientes de la ciudad de Tiro en la costa suratlĂĄntica de la penĂ­nsula IbĂ©rica, la actual CĂĄdiz, entonces autĂ©ntico emporio comercial desde el que primero los dichos fenicios y luego los descendientes de ellos, los cartagineses, ejercieron el control de la riqueza en plata y estaño del interior peninsular), con la generalizaciĂłn de una organizaciĂłn social, que podrĂ­a ser casi comparable a lo que hoy entendemos por Estado, y con el inicio del uso de la escritura, no sĂłlo como forma de expresiĂłn, sino, y sobre todo, como instrumento de poder y organizaciĂłn, digamos, España, que ya podemos hablar de historia antigua, de Edad Antigua, en las tierra donde acabarĂĄs brotando. Estamos en la segunda mitad del I milenio a. C., y llegan los romanos.

Siglo III a. C. Los romanos y los cartagineses se las tienen tiesas por el dominio del MediterrĂĄneo. Año 228 a. C., en el sureste peninsular, en la actual comunidad autĂłnoma de la RegiĂłn de Murcia, los cartagineses fundan una ciudad portuaria mediterrĂĄnea, Cartago Nova, despuĂ©s de que nueve años antes irrumpieran en la PenĂ­nsula y llamaran a tus tierras Ispanya, que no sabemos a ciencia cierta si con ello quisieron aquellas gentes decir que habĂ­an llegado a la ‘Tierra del norte” o si tal palabra quiere decir ‘Isla, o Costa, donde se baten o forjan metales’. Año 218 a. C., los romanos desembarcan en la ciudad fundada por los griegos hacĂ­a tres siglos en el noreste de la penĂ­nsula IbĂ©rica, en Ampurias, en lo que hoy es la provincia catalana de Girona. Año 209 a. C., Roma conquista Cartago Nova y tres años mĂĄs tarde Gadir, para dominar el este y sur peninsulares.

Siglo II a. C. Los romanos avanzan hacia el centro y el oeste, no sin resistencia, como la que les dan los lusitanos dirigidos por su caudillo Viriato, o como la de los celtíberos, que convierten entre el 143 y el 133 a. C. a la ciudad de Numancia, junto a la actual Soria, en la capital del mundo resistente ya para siempre. Numancia: ya tienes España algo para cuando quienes se quieran apoderar de tu esencia, para explicarse ante el Universo, necesiten mitos y realidades.

Últimos años del siglo I a. C. SĂłlo cĂĄntabros y astures, en el norte peninsular, resisten a Roma: es el final de la conquista de la penĂ­nsula IbĂ©rica por los romanos, definitivo cuando el 19 a. C. el mismĂ­simo emperador romano Augusto, el primer emperador de Roma, encabeza el ejĂ©rcito que vence en las Guerras CĂĄntabras.

DetengĂĄmonos un momento en tu nombre, España. Los romanos bautizarĂĄn tu territorio con el nombre de Hispania al menos desde el año 200 a. C., pues asĂ­ convirtieron en latĂ­n la Ispanya de sus enemigos de Cartago, pero entendiendo equivocadamente que los cartagineses querĂ­an decir con ello ‘Tierra de conejos’.

Y te llamaron Hispania, mucho antes de serlo, y a tus tierras la RepĂșblica de Roma las dividieron, antes de conseguir conquistar la PenĂ­nsula por completo, en el siglo II a. C., en dos provincias, Citerior, con capital en Tarraco (hoy Tarragona), y Ulterior, con capital en la actual CĂłrdoba (entonces Corduba). En el 27 a. C., el Imperio reorganizĂł Hispania creando las provincias de Lusitania y BĂ©tica, que es como desgajĂł lo que habĂ­a sido la de Ulterior y denominĂł Tarraconense a la Hispania Citerior. A comienzos del siglo III, ya despuĂ©s de Cristo (a partir de ahora, lo que te cuento sobre ti ocurre d. C., es decir, despuĂ©s de Cristo), los romanos desgajaron de la Tarraconense la que habrĂ­a de llamarse Gallaecia y ya en el siglo IV crearon tambiĂ©n sacĂĄndola de la cada vez mĂĄs pequeña Tarraconense la Cartaginense, que incluĂ­a las islas Baleares, las cuales, por su parte, a fines del siglo IV pasaron a ser una provincia propia, Balearica, centuria esta la IV en la que asimismo el norte de África pasĂł a ser parte de Hispania con el nombre de Mauritania Tingitana.

CabrĂ­a preguntarse, como en la hilarante pelĂ­cula La vida de Brian, ÂżquĂ© hicieron por ti los romanos, España, por aquellos tiempos Hispania? Una buena respuesta no puede eludir la razĂłn de que Roma viera en ti un decidido interĂ©s colonial, que no era otra que tus riquezas, sobre todo mineras, lo que se tradujo en, eso sĂ­, y eso es lo que Roma hizo por ti, España avant la lettre, esparcir sobre tus tierras y tus habitantes su lengua y su cultura, es decir forjar por medio de aquel proceso de aculturaciĂłn la llamada romanizaciĂłn, esencialmente plasmada en la expansiĂłn del latĂ­n y del Derecho romano, en la creaciĂłn de una importante red de comunicaciones y en la erecciĂłn de una notable cantidad de obras pĂșblicas. Algo fundamentalĂ­simo, ya lo veremos, que tambiĂ©n aportĂł Roma a aquellos hispanos tuyos fue el cristianismo, arraigado en el resto del Imperio desde el siglo II.

La crisis que el mundo romano viviĂł en el siglo III no pudo por menos que afectar a Hispania y se escenificĂł en un decaimiento del mundo urbano, asĂ­ como en una apertura mayor de la zanja que separaba a los poderosos de los humildes. Es asĂ­ que, en medio del lento desbarajuste imperial que darĂ­a en caĂ­da y en desapariciĂłn del mayor poder de Occidente, a comienzos del siglo V comenzarĂĄ la entrada en la penĂ­nsula IbĂ©rica de los pueblos bĂĄrbaros, germĂĄnicos ellos, dĂ­ganse vĂĄndalos, alanos y suevos, si bien sĂłlo estos Ășltimos se asentaron en tus tierras, en Galaecia para ser mĂĄs exactos. Pocos años despuĂ©s, en el año 416, llegaron a la penĂ­nsula IbĂ©rica otros germanos, los visigodos, como una especie de policĂ­a imperial enviada por Roma para detener o expulsar a los (demĂĄs) bĂĄrbaros, aunque su establecimiento definitivo en Hispania no se produjo hasta el siglo VI, cuando ya hacĂ­a años que el Imperio romano de Occidente habĂ­a dejado de existir.

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