<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=621166132074194&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
viernes. 06.06.2025
TRIBUNA POLÍTICA

¿Mafia o democracia? Buena pregunta, señor Feijóo

En estos tiempos de eufemismos, no es poca cosa que el líder del PP formule con tanta claridad un dilema que, en realidad, atraviesa a su propio partido.

Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna

 

El próximo domingo 8 de junio, Feijóo ha sido víctima de una amnesia selectiva o si, por el contrario, está ofreciendo un involuntario ejercicio de autoacusación.

“La decadencia es total”, ha sentenciado Feijóo, y visto lo visto, no seré yo quien le contradiga

En primera fila de la manifestación estará, por ejemplo, José María Aznar. Sí, el mismo expresidente que designó ministros a Rodrigo RatoEduardo Zaplana o Jaume Matas. Tres nombres que no necesitaron muchos años para convertirse en sinónimos de corrupción, con su presencia estelar en sumarios judiciales que marcaron época. 

Al lado de Aznar estará Mariano Rajoy —también conocido como M. Rajoy en los papeles de Bárcenas—, ese político con un don casi poético para perderse en sus propias frases y terminar siendo aplaudido. El mismo Rajoy que presidió un partido condenado judicialmente por financiación ilegal. Un partido cuya sede fue pagada en parte con dinero negro y que, según las sentencias firmes, operaba con una contabilidad paralela durante años. Recordemos que, bajo su gobierno, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, impulsó una policía patriótica destinada a fabricar pruebas contra rivales políticos y encubrir la corrupción propia, técnica mafiosa donde las haya. Por cierto, hoy este ministro está procesado y se enfrenta a un juicio por estos hechos.

En cuanto a Isabel Díaz Ayuso, su consejero de Presidencia ha pedido a la ciudadanía poner "pie en pared" a Pedro Sánchez decir "alto y claro" que hay un "Gobierno mafioso" que "trata de colonizar y de controlar todas y cada una de las instituciones, simplemente para perpetuarse el poder". Lo que no dijo el consejero es si la presidenta Ayuso acudirá sola a la manifestación o si, por el contrario, lo hará acompañada por su pareja, Alberto González Amador, un empresario investigado por fraude fiscal y cuya presencia sería, cuando menos, curiosa, considerando que la protesta dice alzarse contra la corrupción.

Conforme se acerca el 8-J, Feijóo eleva el tono con sus declaraciones: “Nadie puede ignorar el estado de putrefacción al que nos tiene sometido el actual Gobierno”, ha proclamado. “La degradación es total”, insiste. Según su relato, no caben matices: “o se está con la limpieza o con las cloacas, con la democracia o con la mafia”, algo que no está mal como ejercicio retórico y que, para alguien que acabara de aterrizar en España y desconociera nuestra historia política reciente, podría parecerle creíble. Sin embargo, quienes conservamos algo de memoria y algo más de sentido crítico, no podemos evitar recibir el mensaje con una mezcla de perplejidad, ironía y hasta incluso algo de sonrojo ajeno.

En estos tiempos de eufemismos, no es poca cosa que el líder del PP formule con tanta claridad un dilema que, en realidad, atraviesa a su propio partido. Porque si de verdad la elección es entre mafia o democracia, convendría que los convocantes fueran exquisitos en sus exigencias y contemplaran con atención quiénes van a acompañarlos en el encabezamiento de la manifestación.

“La decadencia es total”, ha sentenciado Feijóo, y visto lo visto, no seré yo quien le contradiga.

¿Mafia o democracia? Buena pregunta, señor Feijóo