ANÁLISIS GEOPOLÍTICO

Operación 'Carros de Gideon'

La Operación ya está en marcha. Tras dos o tres días de bombardeos, entran las fuerzas terrestres. Ya lo han hecho en poblaciones del norte.

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El 19 de enero de 2025, Israel y Hamás alcanzaron en Doha (Catar), con la mediación del propio Catar, Estados Unidos y Egipto, un Acuerdo de Tregua, una vez superado el último obstáculo de la resistencia de ciertos ministros y dirigentes israelíes contrarios a su firma como consecuencia de la autorización recibida del Tribunal Supremo israelí.

Según el Acuerdo, la Tregua constaría de tres fases, de las que la primera (en vigor desde el 19 de enero de 2025) quedaba perfectamente determinada, mientras las otras dos quedaban pendientes de ratificación en función del desarrollo de lo previsto en la primera. Esta tendría una duración de 42 días (seis semanas, hasta el 2 de marzo), durante los cuales Hamas liberaría a 33 prisioneros israelíes de los capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023, mientras Israel, con compromiso de retirada progresiva de la Franja, liberaría a entre treinta y cincuenta presos palestinos detenidos en sus cárceles por cada israelí liberado; permitiría la libre entrada por el paso de Rafah de la ayuda humanitaria y se retiraría de las principales carreteras para facilitar su circulación por la Franja; y permitiría la evacuación de heridos y enfermos. 

Trump plantea el hacerse cargo de la Franja (más tarde lo redondeará con lo de la Riviera de Oriente Medio) y evacuar a la población gazatí a Egipto y Jordania y congelar los fondos de la UNRWA

A los 16 días (4 de febrero) de la entrada en vigor del Acuerdo se iniciarían las negociaciones de la segunda fase, con la previsión de que sus efectos pudieran materializarse a partir del 2 de marzo, ya sin fuerzas israelíes en el territorio de la Franja. 

Al día siguiente de la firma del Acuerdo de Tregua, 20 de enero, Cisjordania), que acabará produciendo 700 fallecidos palestinos, 42 israelíes y cuatro de las fuerzas de seguridad israelíes. Una operación que aún perdura a través de diferentes modalidades.

Ni siquiera la segunda fase se iniciará en la fecha que debería haberse iniciado el 3 de febrero, porque Israel anuncia que su delegación no se iba a trasladar a Doha (Catar), sede de las negociaciones, debido a la visita de Netanyahu a Washington durante la cual se entrevistaría con Trump para tratar el propio tema de la tregua. Fue en el ámbito de esta entrevista en la que el presidente Trump plantea el hacerse cargo de la Franja (más tarde lo redondeará con lo de la Riviera de Oriente Medio) y evacuar a la población gazatí a Egipto y Jordania, congelar los fondos de la UNRWA y sacar a Estados Unidos del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.

El 11 de febrero, Israel anuncia el regreso de su equipo negociador a Doha, pero el 27 asegura que no piensa sacar a todas sus tropas de la Franja ni evacuar el Corredor Filadelfia (que hace de frontera entre Gaza y Egipto), como estaba previsto en el Acuerdo de Tregua de 19 de enero. Y el 2 de marzo, día establecido por el mismo como final de la primera fase, suspende la entrada de la ayuda humanitaria a la Franja, alegando que la tregua se ha extinguido al no haberse iniciado la segunda fase, que es precisamente a lo que Israel se ha negado para no tener que terminar de cumplimentar lo acordado para la primera: la retirada de la Fuerzas de Defensa de Israel, por ejemplo. Justificando su postura en que Hamás no acepta la propuesta del enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, de prolongar la primera fase hasta el fin del Ramadán (29 de marzo) y de la Pascua Judía (19 de abril). 

El plan establece un claro cambio estratégico: “pasar del método de incursiones al de conquista y ocupación permanente de territorios”, donde las tropas permanecerán, aunque Hamás entregase a todos los prisioneros

En este ime, Israel reanuda, el 18 de marzo, los bombardeos sobre la población gazatí (Plan Infierno, que en realidad empieza con la suspensión de la entrada humanitaria del 2 de marzo), con 322 muertos en sólo las primeras veinticuatro horas, alegando la negativa gazatí a liberar más prisioneros que los establecidos para la primera fase y su no aceptación de prolongarla según el citado Plan Witkoff. La guerra ha recomenzado y el Acuerdo del 19 de enero entra en vía muerta. Desde este momento, todas las nuevas iniciativas israelíes, gazatíes o de los mediadores (Egipto y Catar) caen en saco roto o han supuesto pequeños intentos de nula repercusión, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel han ido ocupando y controlando, paso a paso, diferentes áreas de la Franja, con los correspondientes desplazamientos de población que ello supone, bajo la divisa de “ir dividiendo la Franja y aumentando la presión hasta que devuelvan a todos los rehenes” (¿a cambio de qué?). En esto consiste la Operación Carros de Gideón.

Efectivamente, el 5 de mayo, el Gabinete de Seguridad israelí aprueba un plan para expandir por fases la ofensiva en Gaza hasta conquistarla y retener militarmente los territorios que ocupe. Desde días antes (3 de mayo), las Fuerzas de Defensa de Israel ya habían empezado a llamar reservistas. El plan establece un claro cambio estratégico: “pasar del método de incursiones al de conquista y ocupación permanente de territorios”, donde las tropas permanecerán, aunque Hamás entregase a todos los prisioneros (59 entre vivos y muertos) aún en su poder. Como “ha llegado el momento de dejar de temer a la palabra ocupación” lo ha definido el ministro de Finanzas, Bezatel Smotrich. El plan asume, y por tanto su materialización la Operación Carros de Gedion, que habrá nuevos desplazamientos masivos. El modelo para seguir es Rafah, cuyas imágenes aéreas actuales muestran barrios enteros completamente en escombros. 

Según el plan, la vertiente militar se complementará con el control de la ayuda humanitaria, que está previsto que pase a manos de contratistas privados de seguridad con la colaboración de agencias humanitarias cuando así sea necesario, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel controlará quien accede y quien no accede.

La Operación ya está en marcha. Tras dos o tres días de bombardeos, entran las fuerzas terrestres. Ya lo han hecho en poblaciones del norte (Yuvalia, Beit Lahia, etc.) para a continuación enfilar, a través de la ciudad de Gaza, hacia el centro de la Franja (Deir al-Balah), mientras se avanza por el sur por Jan-Junis y al-Marawi, provocando un nuevo desplazamiento masivo de más de 300.000 palestinos.

Desde el mismo 13 de mayo, también se han reanudado las negociaciones en Doha (Catar), teóricamente “sin condiciones previas”, en la idea de poder alcanzar un alto el fuego de dos meses previo a una tregua permanente, que Israel pretende, con la Operación Carros de Gedeón, se dé en una Gaza ocupada y controlada por las Fuerzas de Defensa de Israel. Cual no será la situación de la población de la Franja, que Israel, ante la presión internacional, ha terminado accediendo a la entrada de cien camiones de ayuda humanitaria (20 de mayo) y de forma urgente desde los Emiratos Árabes Unidos (21 de mayo).

(Apunte innecesario, pero conveniente) Curiosamente, a pesar de todo ello, los pasados días 13 al 17 de mayo, coincidiendo con todo esto, se ha celebrado el Festival de Eurovisión, donde parece que el voto popular español incidió de forma considerable en que la representación de Israel quedase en segundo puesto. Nos alegan, que el Festival es cultura, no política. Y, es verdad, no se puede negar que Israel es de los países más cultos del mundo. Lo que nos confirma que ser culto y civilizado no es lo mismo y que ser culto y canalla no son incompatibles.